viernes, 27 de marzo de 2009

"Historia de mi vida" poeta trovador Alonso Recio



“HISTORIA DE MI VIDA”
AUTOR: Alonso Recio Martín
TEXTOS RECOPILADOS POR:
José Antonio Ponce
COLABORADORES:
Salvador Muñoz Blanca
Leovigildo Martín Ruiz
Francisco Fuente Martín
EDITOR: Ayuntamiento de El Borge
DISEÑO PORTADA: La Luna Producciones
3º EDICIÓN
DEP. LEGAL MA 898-95
IMPRESIÓN:
La Luna Producciones
Telf. 952 53 9032 - Torrox
IMPRESO EN ANDALUCÍA


ALONSO RECIO MARTÍ HISTORIA DE MI VIDA
Recopilación y notas de
JOSÉ ANTONIO PONCE FERNÁNDEZ


PROLOGO
Quiero expresar brevemente lo que en toda una vida no habría lugar para agradecer lo que Alonso ha significado para nosotros, aquellos que nos hemos criado y separado en su protección humana, económica, paternal y de amigo.
Fue una persona que no miraba por sí mismo, él con cualquier cosa tenía bastante, sin embargo, para los demás lo daba todo.
Tuvo claridad mental hasta el día de su muerte, a pesar de sus 93 años.
Los jóvenes como nosotros podíamos hablar con él de todos los temas y problemas que nos acaecían,aconsejándonos, ayudándonos y rectificándonos en posturas que él creía equivocadas.
En sus últimos años, después de salir de El Borge, recorrió junto a nosotros lugares de temporadas de aceitunas en Vélez-Málaga, pasando después a la barriada de “Lo Puerta”, cerca de Benajarafe.
Viviendo en varias casas alquiladas, hasta que vendió su hogar y el nuestro hasta la fecha de su muerte.
Aún recuerdo cuando vivía en unas viviendas donde no había electricidad ni agua corriente; donde en las noches de invierno él siempre encendía fuego para calentarnos, en chozas que primeramente había construido. Allí nos contaba cosas de su vida y charlábamos horas y horas.
Se dice que toda persona tiene algún defecto, que es imposible ser perfecto, pero los que hemos vivido con él no conseguimos encontrar ninguno.
Por ello no me extraña que en su larga vida haya sido alguacil en el Ayuntamiento de El Borge, durante los gobiernos de Alfonso XIII, con la IIª República y con la dictadura de Franco. Pienso que para ello hay que ser una persona que se entienda con todo el mundo, sin mirar ideología y estando para servir al pueblo, no al gobierno de turno.
Para terminar qui s iera expresar nuestro agradecimiento, de toda la familia de Alonso Recio Martín, a todas aquellas personas que ha hecho posible este trabajo y especialmente -por su gran interés y dedicación- a José A. Ponce Fernández.
Leovigildo Martín

INTRODUCCIÓN
Hace algunos años, varios vecinos de El Borge me hablaron acerca de unos versos que había escrito un tal Alonso, quien durante bastante tiempo ejerció como alguacil del municipio.
Nace aquí mi curiosidad por la obra escrita de este personaje, el cual caló tan hondamente en la
vida de más de tres décadas de nuestro pueblo. Quiere ser este humilde trabajo una pequeña
contribución al conocimiento de la cultura de El Borge y su comarca.
Es la cultura común a la cual perteneció Alonso Recio, la historia de un hombre pobre que nunca asistió a la escuela, que tuvo que luchar -como tantos otros- contra el hambre y las penurias de la pobreza.
Leyendo sus versos se puede seguir una visión de la vida en un pueblo pequeño de la Axarquía casi incomunicado, dedicado al monocultivo de la uva pasa, que desde siglos ha sido sinónimo de
pobreza, que como el protagonista de estos versos tenían que desplazarse todas las primaveras a segar andando cientos de kilómetros hasta la campiña sevillana, para ganar unas cuantas pesetas que le aliviaran el hambre. Alonso vive en el campo hasta casi los 40 años. En
estos años ocurren los ingeniosos enredos amorosos que narra con gracia e ironía, pero no carentes de dolor.
Es en su época de alguacil donde las anécdotas se repiten. A pesar de la dura represión de la dictadura en los años 40, él se gana las simpatías de todos, niños y mayores, es el que hace los recados al Ayuntamiento y también a particulares. Por entonces El Borge pertenece al Partido Judicial de Colmenar, por lo que Alonso hacía de mensajero recorriendo este camino, siempre andando para llevar los documentos.
Amable, sencillo, con una gran capacidad física para andar todos los días muchos kilómetros. Se le recuerda en el pueblo con un palito en la boca en forma de cigarrillo.
Poeta-campesino, trovero del pueblo, hombre ocurrente, improvisaba con facilidad. Escribió numerosas coplas para murgas y comparsas, que él mismo recitaba en las fiestas patronales del pueblo. En 1948 compuso unos poemas donde se incluían todas las mujeres del pueblo que estaban mocitas así como una gran etcétera de versos de temas populares
referidos al pueblo.
“La historia de mi vida” cuenta con 464 versos, en la presente recopilación he cincluido unas notaciones introductorias cuya finalidad es situar los hechos en la época y momento histórico en que sucedieron.
Con el título de “Poeta de la Axarquía” he querido añadir y completar -en la medida de lo posible- el gran trabajo que recientemente ha publicado Antonio Segovia Lobillo. He querido continuar recogiendo notas de otros poetastrovadores desconocidos y olvidados por la gran mayoría.
Es mi forma de contribuir, humildemente, a la cultura de nuestra comarca, la Axarquía.
José A. Ponce

Iª PARTE
Pocos años después de morir el temido y famoso “Bizco de El Borge”, nace el titular de
los próximos versos, en estos primeros renglones señala su carta de presentación.

Desde el día en que nacemos
a la muerte caminamos,
es deuda que debemos
y que todos pagamos.


Lo mismo el rico que el pobre,
todos andamos el camino,
pero lo vamos andando
cada uno con su sino.


Y yo, por mi mala suerte,
así lo puedo decir
he sido muy desgraciado
desde el día en que nací.


Y para que ustedes vean
que me quejo con razón,
de la historia de mi vida
os daré una explicación.


Primero voy a decir
la fecha en que nací yo
el día doce de agosto
del año noventa y dos.


Y los nombres de mis padres
también los voy a decir:
Mi padre fue Alonso Recio,
mi madre Isabel Martín.


Los dos, honradas personas,
nunca recibieron tacha*,
mi padre era de El Borge
mi madre era de Almáchar.


Y yo lo soy de Comares,
pueblo donde he nacido,
Alonso Recio me llamo
por mi nombre y apellido.


Lo dicho y por decir
todo es la pura verdad,
también es verdad que tengo
treinta y seis años de edad.


Toda esa edad la he pasado
en mala situación,
pues la he pasado en el campo
con muy poca distracción.
12
*Tacha: que llevaron una vida intachable

Tuve una infancia muy triste
no recibí ilustración,
pero mi padre y mi madre
me dieron educación.


Descalzo y medio desnudo
pasé mi niñez,
fueron muchos los días
que me quedé sin comer.


De edad* de catorce años
que lo comencé a ganar,
hasta la hora presente
sin parar de trabajar.


Unas veces a jornal,
otras veces a destajo,
siempre he tenido que estar
hecho esclavo del trabajo.


No tengo mujer ni hijos ,
que a mí me den alegría,
soy soltero porque no
me he casado todavía.


No tengo vicio ninguno,
honrado trabajador,
aunque las gentes publican
que tengo el de jugador.
*De edad: Desde la edad de catorce años
13
Hasta la edad de veinte años
lo pasé muy malamente,
pero ni siquiera tuve*
ninguna pena presente.


Desde entonces en adelante
llegó la intranquilidad
de sufrir muchos disgustos
que no los puedo olvidar.


Llegué a los veintiún años
y metí la mano en quinta,
el catorce de febrero
me incluyeron en la lista.


Tuve suerte, salí libre,
pero fue en una ocasión
que tenían que ir todos
para aprender la instrucción.


El Gobierno, por decreto,
una ley establece,
en mil novecientos doce
y yo soy quinto del trece.
14

*Pero ni siquiera tuve: no tuve desgracia familiar

La dieron por Real Orden
la ley tan severamente,
y enseguida comenzó
a recoger excedentes.


Yo también tuve que ir
lleno de pasión y de ira,
el día quince de Agosto
me presenté en Algecira.


Allí aprendí la instrucción,
no me sirvió para nada,
y quedé perteneciendo
al Regimiento Granada.


De enfermedades no digo
que haya sido desgraciado,
pero que tampoco he sido
gran cosa de afortunado.


He pasado el Colorín,
he pasado la Viruela,
la fiebre del Paludismo
y muchos dolores de muela.


Muchas de ellas me he sacado
a cuatro y cinco pesetas,
me he quedado a comer gachas,
pero el dinero me cuesta.
15

Empieza a contar Alonso la etapa de su vida, donde
tiene sus romances amorosos con sus dos primeras
novias. Con las dos serían unas relaciones fracasadas.

Y ahora, punto y aparte,
hablaré de los amores
que me han hecho sufrir
munchisimos sinsabores.


Sólo he tenido dos novias,
a las dos quise de veras,
tenía veintitrés años
cuando busqué la primera.


Yno la busqué peor
porque peor no la hubo,
ahora verán ustedes
el resultado que tuvo.


Se fue a Málaga a servir
y aprendió tantos oficios
que terminó por hacer
toda clase de servicios.


Se divertió lo que pudo,
echaba muy buenos ratos,
y su paradero fue
una casa de tratos.
16
_______

De allí tuvo que salir
porque no podía estar,
y su resultado fue
morir en el hospital.


Si hizo, para ella hizo,
porque yo, no perdí nada,
ella fue la que perdió,
murió la desgraciada.


Esta primera mujer
que yo elegí por esposa
lo era Carmen Ruiz
e hija de Anica Sosa.


Como sufrí con aquella
un tan grande desengaño,
estuve sin buscar novia
unos seis o siete años.

Pero que al fin busqué otra
y fue Dolores Muñoz,
que parecía una cosa
y fue otra, me engañó.

Y no es por alabarme,
pero es cierto lo que digo,
que la busqué, porque ella
casi claro me lo dijo.
17

Y después me despidió
para otro pretendiente,
ya veréis lo que ocurrió
en la relación siguiente.

Escuchad todos atentos
lo que voy a decir,
que no es historia, ni cuento,
que todo me pasó a mí.

A ver si a alguno de ustedes
les pasa cosas así,
que tenga tan buen principio
y acaben con tan mal fin.

Estando yo trabajando
en el "Lagar de la Loma"
como es un sitio muy solo
se ven muy pocas personas.

Un día,sin esperarlo
se presentó una visita,
vinieron cinco mujeres
del "Cerro de Santo Pita"*.
18
*Santo Pita: cerro llamado Santón Pitar
Venían algunas feas,
la mayor parte bonitas,
con muchas ganas de novio
porque todas eran mocitas.

He dicho todas mocitas
y no he dicho la verdad,
que también venía una
que ni mocita ni casá.

De las Cordobas* era una
y otra de Casa Mayor*,
si queréis saber el nombre
también se lo diré yo.

Una se llamaba Trini,
y la otra Antonia,
la tercera Encarnación
y la cuarta Celedonia.

La quinta, que no he nombrado,
que se llamaba Dolores,
fue la que a mí me dejó
penando por sus amores.

Ellas fueron muy cumplidas
para a todos saludarnos,
allí muy.bien.recibidas
por el ama y el amo.
19
*Córdoba, Casa Mayor: cortijos colindantes a El Borge y
Comares

Se sentaron en la cocina,
como era en el verano
yo estaba dentro de la sala,
estaba escogiendo* grano.

El amo me preguntó
que si me gustaba alguna,
y yo le dije que todas
pero mayormente una.

No sé por lo que sería,
que sea por lo que sea,
lo que si puedo decir
que me gusto la más fea..

Se salieron a la puerta,
y empezaron a bailar,
y entonces me dijo el amo
que me saliera a tocar.

Agarré yo la guitarra
tocando con alegría
al mismo tiempo observé
que una me quería.

20
Escogiendo: seleccionando pasas
Fiesta: cante y baile por verdiales

Echamos un rato de fiesta
pero como todo harta
entre todas dispusieron
de bailar la maragata.

Yo me agarré de una mano
pero de muy mala gana,
porque estaba temiendo
que me pegara la sarna.

Esto que digo de sarna
que todas las que venían,
unas más y otras menos,
pero todas las tenían.

Como estaban muy a gusto
y se estaban divirtiendo,
cuando dijeron a irse
estaba ya anocheciendo.

Se fueron casi de noche,
que ya se veían estrellas,
yo me quedé con las ganas
de haberme ido con ellas.

Pero me quedé pensando,
se me pasaban las horas
diciendo voy o no voy
a decírselo a la Lola.
21

Después de mucho pensar,
al final me decidí,
fui una noche y se lo dije*,
y me dijeron que sí.

Yo me sentaba a su vera,
más cerca no pudo ser,
entre su silla y la mía
no cabía un alfiler.

Esa es la pura verdad,
yo lo digo y lo diré,
por ese mismo motivo
le tomé tanto querer.

Ella también me quería,
no sabía lo que hacer,
de la noche a la mañana
varió de parecer.

Y fue que le salió otro
y le dijeron que si,
cuando yo hiciera motivo
me espacharían a mí.

Como yo no lo hacía
no encontraban ocasión,
y estuvo cinco o seis meses
siendo novia de los dos.

*Se lo dije: se declaró ante ella y su familia 22

Asi pasando el tiempo
íbamos los dos luchando,
a mí me tocó perder,
el otro salió ganando.

El dieciocho de agosto
el desprecio recibí,
el treinta del mismo mes
esta carta le escribí.

"Apreciable y distinguida
Lola de mi corazón,
me alegraré que estés buena
en la presente ocasión.

Es lo que yo te deseo,
por mi buena condición,
en unión de María Trillo,
de Antonia y Encarnación.

De tu padre, de tu madre,
de tu Paco y tu Miguel,
y también de Joseillo
y de tu novio Manuel.

Y después de saludarte
tanto a tí como a tu gente,
me tomo la libertad
de decirte lo siguiente.
23

Todo lo que yo te digo
es porque tengo razón,
porque yo nunca pensaba
en esta desesperación.

Después de hablarte diez meses
y sentarme a tu lado,
sin motivo me aborreces,
dime lo que te ha pasado.

De decir estas palabras
a mí me da sentimiento,
porque yo te quise a ti
con muy buenos pensamientos.

Y tú con tu falsedad
me engañabas como a un niño,
y yo como lo creía
te fui tomando cariño.

Y cuando más te quería
me quitaste de tu lado,
sin fijarte en lo presente
ni pensar en lo pasado.

Acuérdate de aquel día
que me hiciste juramento
de no olvidarme en la vida,
ni un minuto, ni un momento.
24

Y apenas te salió otro
fuiste y me dejaste,
qué pronto se te olvidó
el juramento que me hiciste.

No se te hace presente
cuando yo te demostraba
el querer que te tenía
y tú me lo contestaba.

Te acuerdas cuando me dijiste
que nunca se acabaría,
y si acaso se acababa
que por mi parte sería.

De esas cosas así
estoy muy ofendido,
que veo que se ha acabado
y que por mi parte no ha sido.

Sabrás que me prometiste
y yo estaba consentido
que sería para mí
promesa que no has cumplido.

Tú eres una mujer
que tiene mucho valor,
que yo te quise a tí sola
y tu quisiste a dos.
25

Y no vayas a creerte
que yo eso lo ignoraba,
que muy bien lo comprendí
aunque tú lo disimulabas.

Pero ajusto la cuenta,
y me quedo muy conforme,
que no has sido la primera
mujer que ha engañado a un hombre.

Pero tengo que decirte
que tú no sabes querer,
ni aprecias, ni distingues,
y tienes mal proceder.

Porque yo a tí te he guardado
muchas consideraciones,
mientras tú me has pagado
con malas comportaciones.

Sabrás que yo siempre estaba
a las órdenes de tí,
todo lo que me mandaba
lo tenía que cumplir.

Todo lo que tú hacías
era en contra de mi gusto.
y yo lo sobrellevaba
por evitar el disgusto.
26

Este disgusto de ahora
es promovido por tí,
lo que es menester es que no
te tengas que arrepentir.

Porque puedo asegurarte
que no irá a “Casa Mayor"
otro hombre que te quiera
como te quería yo.

Me despediste y me vine
¿qué me quedaba por hacer?
tanto como te quería
te tuve que aborrecer.

Ya me despido de tí,
no quiero decirte más,
porque me parece a mí
que te puedo molestar.

Pero te hago saber,
que le digas a tu amante
que yo soy amigo suyo
lo mismo que lo era antes.

Le deseo buena suerte
y que viva con salud,
porque él no tiene culpa,
que toda la tienes tú.
27

Pero también te perdono
porque quiero perdonarte,
y vivas con alegría
en compañía de tu amante.

Dale recuerdos a tu padre,
a tu hermano y hermana,
así que llegue la carta
a tus simpáticas manos.
,
Todos los bienes del mundo
te deseo para tí,
este que ha sido tu amante
Alonso Recio Martín”.

Y después de todo eso
no quedó la cosa así,
los detalles más salientes
ahora los voy a decir.

Al poco tiempo después
aquel novio la dejó,
y se quedó sin ninguno
y entonces me reclamó.

Con palabras lastimosas
me acuerdo que me decía:
“'tú haces lo que quieras
pero estoy arrepentida”.
28

Con cariño me pidió
que yo la perdonara,
que no había de mirar
a ningún hombre a la cara.

Y yo como la quería
y no la había olvidado,
todo se lo perdoné
y eché tierra al pasado.

Empecé a querer de nuevo
con la misma cegación*,
a mí me tenía ciego
la venda de la ilusión.

Primera y segunda vez,
yo la quise de verdad,
pero sin embargo ella
me quiso con falsedad.

El corazón me anunciaba
que me hacía traición,
pero que yo nunca pude
tener la comprobación.
Cegación: ceguera
29
La gente lo publicaba
será verdad o no será,
como cierto no lo sé
no lo puedo asegurar.

Eché cuenta de casarme,
ella no tenía ajuar,
su padre era muy pobre
no lo podía comprar.

Yo con miles de sacrificios
y ganados trabajando
le fui entregando dinero
para que lo fuera arreglando.

Y cuando ya, casi todo,
arreglado lo tenía
se fue a Málaga a vivir
y acabó la noviería.

Y con su boca me dijo,
en Málaga, que fui a verla,
yo no me caso con nadie
me voy a quedar mozuela.

Pero yo le dije así:
Lola, si no me equivoco,
me parece a mí que tú
de mozuela tienes poco.
30

Y ella me contestó,
en legítima defensa,
"esas palabras que dices
para mí son una ofensa.”

Allí pasamos la noche
y me vine al otro día,
al venirme nos hicimos
una triste despedida.

Al separarme de ella
y darle el último adiós,
le di un abrazo y un beso
y así la cosa quedó.

Como era muy coqueeta,
le gustaba y se dejaba
que le diera besos y abrazos
pero de lo otro, nada.

Esas mujeres así
a los hombres vuelven locos,
y diciendo la verdad
a mí me faltaba poco.

Siempre me encuentro pensando,
a veces me desespero,
cuando me fijo que estoy
sin novia y sin dinero.
31

Porque no sólo tenía
casi el ajuar costeado,
sino que también tenía
el casamiento pagado.

Tengo la cuenta ajustada
del dinero que me cuesta,
y en la menos me resulta
unas quinientas pesetas.

Esta habrá sido la estrella
que para mí tuvo Dios,
me sacrificaba por ella
y qué mal pago me dio.

Yo -solo entre sí- decía
así que me despreció,
esta mujer no sería
la que para mí nació.

Aunque por mi mala suerte
y por mi mala fortuna,
yo creo que para mí
no habrá nacido ninguna.

Pues yo tenía creído
que para mí iba a ser
esta última que tuve
y también me equivoqué.
32
Se terminó para siempre,
eso ya no tiene enmienda,
pero lo que yo no consiento
delante de mí, es la ofensa.

Porque le tengo cariño,
aunque ya no voy ni vengo,
y hago por olvidarla,
pero presente la tengo.

En cuatro años y medio
que hablando hemos estado,
han sido muchas las caricias
que entre los dos se han cruzado.

Grabado tengo en el alma
las palabras silenciosas
que de su boca salían
tan bonitas y cariñosas.

Y de aquella misma boca
y de aquellos mismos labios
qué cariño recibí.
Ydespués recibí agravios.

Me acuerdo mucho de ella,
yo, la verdad, lo confieso,
un retrato tengo suyo,
todos los días lo beso.

33
Advirtiéndole una cosa
que todo lo que publico
no lo debiera decir
porque yo me perjudico.

No hay que darle vueltas
aunque libertad tenemos,
en estos casos así
los hombres también perdemos.

Todo el hombre que me escucha,
escucha y se está callado,
pero entre si está diciendo
a ese lo han puesto chalao*.

Otros suelen decir eso
a mí no me pasaba
porque yo una novia así
enseguida la dejaba.

Se dice que se dejaba
y luego se deja menos,
porque tocante de amores
no hacemos lo que queremos.

Algunas mujeres hay
que son capaces de todo,
si dan con un hombre bueno
lo tratan de cualquier modo
34
*Chalao: enloquecido
.
He dicho que son algunas
y vuelvo por las que quedan,
las voy a meter a todas
y que salga la que pueda.

Yo hablo de las mujeres
pero hablo con razón,
porque dos que he conocido
no han podido ser peor.

Muchas personas lo saben
las dos novias que he tenido,
de lo bien que se han portado
y lo decente que han sido.

A mí se me da muy poco
que lo que hablo se cunda*,
si buena fue la primera,
no menos fue la segunda.

La primera hizo para ella
porque yo nada perdí,
pero la segunda hizo
para ella y para mí.
35
Pero no digo por eso
Se cunda: se difunda
que otra no buscaré,
aunque me parece a mí
que nadie me ha de querer.

Si me ha de querer alguna
como mi suerte es tan buena,
por seguro que ha de ser
otra de la misma manera.

Por ese motivo estoy
que no sé lo que hacer,
si casarme o no casarme,
quizás no me casaré.

Malamente estoy soltero
y peor estaré casado,
yo no sé de qué manera
lo seré más desgraciado.

Voy a volver atrás
a hablar de la noviería,
de la última que tuve,
a la que yo tanto quería.

Que como antes he dicho
ella fue quien me dejó,
que no me casé con ella
y le doy gracias a Dios.
36

Gracias a ella también ,
porque después me he enterado
de lo que le sucedió
hace años, en el pasado.

Yo considero que es
una mujer desgraciada,
porque perdió su valor
en su primera volada.

Y si me hubiera casado,
cosa que no sucedió,
andaría yo el camino
que otro antes"andó".

0, dicho de otra manera,
para entenderlo mejor,
yo cavaría la viña
que otro ya vendimió.

Ella lo sabrá quién fue
el que le puso el anzuelo,
pero no quiso que yo
cargara con el mochuelo.

Hay quién diga y asegure,
pero yo no lo seré,
que lo más malo que hay
es una mala mujer.
37

A todo el que diga eso
se lo contradigo yo,
que si una mujer es mala
mucho más mala son dos.

Aunque reniego de ellas,
no dejo de comprender
que la mujer es para el hombre
y el hombre para la mujer.

Porque así viene dispuesto
de tiempos antepasados,
que para que sea mundo
el hombre ha de ser casado.

Una mujer para un hombre
es una prenda muy bella,
que no podemos vivir
ni con ella ni sin ella.

Ya se terminó la historia
de mis buenas novierías,
y va a continuación
mis grandes penas sufridas.
38
_________________________

ENTRA EN EL SERVICIO MILITAR SU HERMANO
Alonso recoge en los próximos versos el reclutamiento de su hermano más pequeño, esto
ocurría con el gobierno de Eduardo Dato, pocos días antes del asesinato del Jefe del Gobierno, y dos años antes del Golpe de Estado de Primo de Rivera.

Enpezando por el año
de mil novecientos veinte,
desde entonces hasta la fecha
he tenido las siguientes.

Tres hermanos hemos sido,
y en el año mencionado
el más chico de los tres
entró en quinta y fue soldado.

Y mi sentimiento fue
que se pudo haber librado
si yo y el otro mayor
nos hubiéramos casado.

Porque mi padre vivía,
él estaba muy contento,
porque tenía la edad
que señala el reglamento.
39

Se pudo haber remediado
pero no se remedió,
que fuimos y lo dejamos
a la voluntad de Dios.

El tiempo se fue pasando
llegó el año venidero,
y recogieron las quintas
a mediados de febrero.

Tuve que sufrir la pena
de verlo de despedirse
y él también lo sufría
porque tenía que irse.

Se sorteó en Antequera
la misma suerte seguía,
que le tocó para Marruecos
y para la caballería.
Fue destinado en Larache,
en aquella mala tierra,
no hizo más que llegar
cuando se formó la guerra.
Nosotros, de noche y día,
siempre con la desazón,
al mismo tiempo sintiendo
su triste situación.
40
Tuvimos que ir a verlo
por una equivocación,
del viaje que hicimos
os voy a dar relación.
El día siete de mayo,
día de muchos disgustos,
en aquel día mis ojos
no me sirvieron en gusto.
Mi hermano estaba en Marruecos,
nunca lo echaba en olvido,
y nos dieron la noticia
que se encontraba herido.
Todos quedamos en suspenso,
sin saber lo que hacer,
al momento dispusimos*
salir en busca de él.
Precipitados salimos,
cuando a Málaga llegamos
dos telegramas pusimos,
y a ninguno contestaron.
Viendo que no contestaban
41
Dispusimos: decidimos
salimos sin detención,
con la pena redoblada
y fuimos a la estación.
íbamos los dos hermanos
pensativos en el coche,
cuando llegamos a Cádiz
eran las diez de la noche.
Llegamos a una taberna,
preguntamos: ¿ no ha venido
algún procedente de Larache,
algún barco con heridos ?
Y nos dijeron que sí,
que hacía poco tiempo
que vino una expedición
y trajo más de trecientos.
Allí pasamos la noche
sin tener tranquilidad,
y llegó el día siguiente
y fuimos al hospital.
Entramos en la oficina,
preguntamos: ¿ Está aquí
un herido que se llama
Francisco Recio Martín ?
42
Echaron mano a la lista
y enpezaron a leer,
y mentaron* muchos nombres
y ninguno era de él.

Salimos del hospital,
nos fuimos a una taberna,
y allí pasamos el día
distrayendo nuestra pena.

Después nos fuimos al muelle
y en el barco nos metimos,
a las ocho de la noche
para Larache salimos.

La noche que yo pasé
quedó grabada en mi pecho,
creí perder la vida
al pasar por el Estrecho.

Con el mar embravecido
y el temporal tan temible,
al barco seguir su marcha
se le hacía imposible.

Se acabó el mal temporal,
el barco se serenó ,
y dimos vista a Marruecos
a la salida del sol.
43
*Mentaron: mencionaron

Llegamos frente a Larache
y el barco se serenó,
y pasamos a una barca
atada a un remolcador.

Cuando entramos en Larache
mi pena se engrandecía
cuando me vi entre los moros
y en tierra desconocida.

Fuimos a la Comandancia,
allí tomamos informe,
y nos dijeron que era
otro con el mismo nombre.

Ya se acabaron las penas,
quedaron las desazones,
porque aunque herido no estaba
estaba en operaciones.

En aquel mismo momento
a mi padre le escribí,
y al otro día siguiente
fuimos al Alcázar-Quivir.

Lo primero que hicimos,
sin podernos detener,
fuimos y se lo dijimos
al Teniente Coronel.
44

Enseguida puso un parte
que se viniera a la plaza,
para ver a dos hermanos
que se encuentran en Alcázar.

A los siete días vino,
era día diecinueve,
cada vez que me acuerdo
el alma “me se conmueve”

Siempre le tengo presente,
todas las horas del día,
porque al verlo a nuestro lado
fue muy grande mi alegría.

Siete días estuvimos,
con mucha tranquilidad,
al lado de nuestro hermano,
sin querernos retirar.

Pero también llegó el día,
tuvimos la necesidad,
de separarnos de él
para irnos a trabajar.

Y nos fuimos a un cortijo
con uno de Extremadura,
y al poco de estar allí
nos dieron las calenturas.
45

El día quince de junio
de la hermosa primavera,
era Día del Señor,
cuando me dieron las primeras.

Se dio la casualidad
¿cómo se combinaría?
que nos dieran a los dos,
a ambos, en el mismo día.

Viendo que no se quitaba
no podíamos seguir ,
y el Día de Santiago
nos tuvimos que venir.

Triste fue la despedida,
una mañana temprano,
que no le pude ni hablar
cuando rne abrazó mi hermano.

Nos separamos de él
con pena y sentimiento,
a las cinco menos cuarto
salimos del campamento.

Mi hermano quedó muy triste
en aquella tierra extraña,
porque no pudo venirse
con sus hermanos a España.
46

Quería ocultar el llanto,
por más que lo disimulaba,
como el disgusto era tanto,
lágrimas se le derramaban.

Y yo me vine contando,
metido en el vapor,
las leguas que iban quedando
de distancia entre los dos.

Cuando llegamos a mi casa
fue disgusto y alegría,
porque veniamos nosotros
y mi hermano no venía.

Llevaremos con paciencia
el que cumpla su campaña,
y le darán la licencia
y entonces se vendrá a España.
47

EL INTENTO DE SUICIDIO DE SU PADRE
En otra ocasión me vi
en muy apurado trance,
mi padre, que está en descanso,
intentó suicidarse.

En estado de locura
un tiro se disparó,
pensando en darse muerte,
pero no lo consiguió.

El día diez de diciembre,
las ocho de la noche eran,
estábamos muy tranquilos
sentados a la candela.

Se levantó y se fue a la cama,
no nos llamó la atención,
¿quién había de creer
que llevaba esa intención?

Al poco rato sentimos
enorme detonación,
salimos todos corriendo
con mucha tribulación.
48
Tendido en el suelo estaba
sin movimiento ninguno,
la cara bañada en sangre,
la sala llena de humo.

Al otro día siguiente
nos pusimos en camino
para el médico de Almáchar,
era Don Manuel del Pino.

Después de que lo curó,
le calificó su estado,
de la herida causada
pronóstico reservado.

Lo supo la autoridad
como es su obligación,
vino el juez municipal
a tomar declaración.

Como no había dinero
no pudieron condenar,
pero nos hicieron ir
a declarar a Colmenar.
49

Varios hechos, como fueron la muerte de su padre y hermano, entristecieron a este poeta de
El Borge. El relato de los próximos versos dan idea de su sentimiento y ternura al escribir.
Al poco tiempo después
tuvimos una desgracia,
que nos hizo depender
de lo principal de una casa.

El día cuatro de junio,
cuando yo estaba en la siega,
aquí falleció mi padre,
Dios en el cielo lo tenga.

Cuando vine me encontré
viuda a mi pobre madre,
vestida de negro luto
por la falta de mi padre.

Muchísimo lo sentimos
pero por justa razón,
como ya era muy viejo
nos quedó conformación.

Se acabó la voz del padre,
qué pena, qué desconsuelo,
y quedamos con mi madre
los tres hermanos mozuelos.
50
Las penas mayores fueron
a los dos años siguientes,
el menor de los hermanos
que se lo llevó la muerte.

Las muertes son muy sentidas
de cualquier modo que pasan,
pero más sentidas son
siendo fuera de casa.

Todos los años nos vamos
a pena* que el tiempo llega,
echamos en la campiña
la temporada de siega.

El día once de mayo
los tres hermanos salimos
unidos con otros cuantos
y a la campiña nos fuimos.

Allí encontramos trabajo,
estábamos trabajando
en el cortijo Ruiz Sánchez
en la cebada segando.
51
*A pena: en cuanto
El día tres de junio,
enfermo grave cayó,
y el día cuatro su hermano
al pueblo se lo llevó.

Ecija se llama el pueblo,
es provincia de Sevilla,
y la casa mortuoria
el "Parador de la Silla".

Hicimos porque lo vieran
los médicos titulares,
que era Don Juan Brune
y Don Antonio Morales.

Lo cual que Brune no quiso
verlo por ningún dinero,
dijo que no le hacía -
la contra a su compañero.

Morales los visitaba,
los asistía un practicante,
pa* dejarnos sin dinero
con los dos hubo bastante.

El médico, dos pesetas,
el practicante otras dos,
pero lo que yo sentía
es que el enfermo iba peor.
52

*Pa: para dejarnos
El día nueve, en la noche,
ya a las últimas llegó,
aproximadamente a las doce
la vida se le acabó.

Adiós hermano querido
que para siempre te fuiste,
y nosotros nos quedamos
en este cuadro tan triste.

¡Ay! si mi madre supiera
en el trance que nos vemos,
¡ay! qué ajena estará ella
de que tiene un hijo menos.

Y también estoy sintiendo,
en igual pena se encuadre,
cuando sepan la noticia
mis hermanas y mi madre.

Mi hermano mayor, de pena,
y del mal rato pasado,
a pocas horas después
cayó al suelo desmayado.

Yo me quedé trastornado,
poco menos que demente,
ver un hermano en la cama
y otro de cuerpo presente.
53
Miré para el cielo y dije:
Divina y hermosa Aurora,
ampara a los que quedamos
y ayúdanos en estas horas.

Tristes momentos aquellos
que me vi tan aturdido,
y a los Santos aclamaba
en los que nunca he creído.

Los paisanos que allí habían,
que presenciaban el duelo,
para conformarnos hacían
de darnos algún consuelo.

Ellos lo arreglaron todo
sin ningún impedimento,
como se portaron bien
tengo el agradecimiento.

Que Dios se lo pague a todos
el que nos hizo favor
y favores de esa clase
que a nadie le pague yo.

El día diez, por la tarde,
por el mucho sufrimiento
no estábamos todavía
en pleno conocimiento.
54

En el patio de la casa
se aglomeraban las gentes,
allí mismo recibimos
el pésame los dolientes.

Cuando los rayos solares
a lo lejos desaparecían
la claridad se acababa,
la noche se oscurecía.

Los compañeros se iban
a dormir fuera del pueblo,
para no quedarnos solos
también nos fuimos con ellos.

Pero que antes de irnos
a mí no se me olvidó,
que tenía que pagarle
al ama* del parador.

Yo creí que le debía,
por los precios naturales,
poco más o menos
sobre cuarenta reales.
55

*Ama: dueña del parador

Solamente por la cama
la señora nos pidió
setenta y cinco pesetas
por dos noches que sirvió.

Es verdadero el refrán
que dice el resentido,
todo el mundo corta leña
del árbol que está caído.

Y por muy buenos empeños
que mediaron en la cuenta
lo podimos arreglar
que le diéramos cincuenta.

Y le dimos veinticinco
era el dinero que había
y las otras veinticinco
se las debo todavía.

Quedamos los dos sintiendo
aquella triste desgracia,
sin querer estarnos allí
ni venirnos a nuestra casa.

Al fin seguimos allí
a donde permanecimos
hasta el día dieciciete
que a Antequera nos vinimos.
56

En dicho pueblo estuvimos
trabajando quince días,
el trabajo se acabó
y seguir no se podía.

Dispusimos de venirnos,
aunque de muy malas ganas,
sería cuando salimos
las cinco de la mañana.

Cuando salimos de Antequera,
de sentimiento y enojo,
regábamos la carretera
con lágrimas de nuestros ojos.

De fijarme en el camino
donde mi hermano pasó.
y ver que todos volvimos
menos él, que no volvió.

Veníamos deseosos
de volver a nuestro hogar,
al mismo tiempo sintiendo
y temiendo de llegar.

El día seis de julio
cuando a nuestra casa llegamos,
y se formó un episodio
que la pena redoblamos.
57

La puerta estaba cerrada,
mi madre estaba por dentro,
abrió llorando y nos hizo
un triste recibimiento.

No recibió más que a dos
con pena y amargura,
porque el otro se quedó
en la eterna sepultura.

Como remedio no tiene
lo tendremos en la memoria
y rogaremos a Dios
lo tenga en su Santa Gloria.

Mientras que estoy escribiendo,
mis penas estoy llorando,
las lágrimas van cayendo
al papel, y se está mojando.

Como ya os he contado
mis desgracias ocurridas,
os voy a hablar de otras cosas
que me han sido sucedidas.
58

El protagonista de estos versos relata a continuación su ingreso en prisión, este hecho ocurría siendo Alcalde Guillermo Pérez García, que además de presidir la Corporación era un rico hacendado de El Borge.

Son cosas sin importancia,
con esta frase empiezo
en el año veintisiete
cinco días estuve preso.

Por no haber obedecido
a lo que el Gobierno ordena
he tenido que cumplir
cinco días de condena.

Estaba preso y cautivo
y sufriendo un malestar,
muy triste y muy pensativo
pensando en mi libertad.

Por no pasar revista
una multa me fue impuesta,
y tenía que pagarla
con veinticinco pesetas.

Pero yo no las tenía
ni encontré quien me las diera,
por ese motivo tuve
que pagar de esa manera.
59

El día cuatro de marzo,
sería su obligación,
ordenó el jefe de puesto
mandamiento de prisión.

Desde el cuartel a la cárcel
me llevó un Guardia Civil
y me presentó al Alcalde,
y me encerró el alguacil.

La cárcel parecía
una cueva de ladrones,
porque todo se hallaba
en muy malas condiciones.

Varias pilas de basura
arrumbada en los rincones,
aquella noche durmiendo
me royeron los ratones.

No había donde orinar
y cuando me daban ganas
no tenía más remedio
que orinar por la ventana.

Como era muy preciso
me tomé amplios poderes
y esperaba la ocasión
que no pasaran mujeres.
60
No fuera a pasar alguna
y se fijara en la reja
y me viera allí colgado
de una postura tan fea.

Una luz para la noche
me la trajeron mi gente,
porque había una bombilla
y no tenía corriente.

¡Vaya unas autoridades!
¡vaya una administración!
que solamente se ocupa
de cobrar la contribución.

Y no arregla esa cárcel
siquiera por caridad
que puede meter a un preso
y pillar una enfermedad.

Cuando prenden a un rico
ya se sabe lo que pasa,
que median los compromisos
y lo echan a su casa.

Como sois autoridades
hacéis lo que queréis,
y yo como soy pobre
obrasteis sobre la Ley.
61
Tuve que estar cinco días
como marca el reglamento,
no tengo que agradecerle
nada al Ayuntamiento.

Con el cabo y el alcalde
un amigo se empeñó,
y consiguió que cumpliera
solamente tres o dos.

Toda mi distracción era
levantarme en la mañana
y pasarme todo el día
asomado a la ventana.

"Vía" pasar por la calle
a los niños de la escuela
y los salerosos talles*
de las niñas mozuelas.

Todos los días venía
el alguacil a la puerta,
el alcalde lo mandaba
y me daba una peseta.
62
Talles: cuerpos esbeltos, bonitas figuras

Ya, lo pasado pasó,
y pienso en el porvenir,
si me queda alguna vida
lo que tendré que sufrir.

Ahora tengo en mi madre
un verdadero querer
pero el día en que me falte
¿adonde me arrimaré?

Porque tengo dos hermanas,
que yo bastante quiero,
ellas también me querrían
si yo tuviera dinero.

Además están casadas
y tienen su obligación,
y sí ellas son hermanas
los maridos no lo son.
63
En estos versos hace referencia a su pobreza
y a su estado de ánimo, unos años antes de entrar en el
puesto de alguacil.
Adonde quiera que vaya
eso lo tengo olvidado,
como no tengo dinero
no puedo ser bien mirado.

Si voy a ver a un pariente
me recibe y se calla,
no se alegra cuando llego
se alegra cuando me vaya.

Si entro en una taberna
y me gasto los dineros,
tengo bastantes amigos
y el primero el tabernero.

Pero si no me los gasto
y el tabernero comprende
que voy a pasar un rato
no me mira, ni me atiende.

Nunca estoy en lo mío
por mucha tierra que ande,
siempre estoy en lo del otro
haciendo lo que mande.
64

Para vivir como vivo
mejor morirme quisiera,
estoy vivo pero estoy
igual que si no lo estuviera.

Para mí no hay alegría,
para mí no hay diversiones,
para mí todo se vuelve
disgustos y desazones.

Una vez lo he dicho ya
y lo vuelvo a repetir
para vivir como vivo
mejor quisiera morir.

Porque yo tengo del todo
las ilusiones perdidas,
y de ese modo se hace
muy trabajosa la vida.

Lo que acabo de decir
no os llame la atención,
que lo digo de palabra
pero no de corazón.

Si yo he pedido la muerte
en arrebato de amargura,
tengan ustedes presente
que no me dará esa locura.
65

Y en el caso que la pedí
era porque más no podía,
en un acto de calor,
calor que después se enfría.

Este cambio que yo he dado
de la noche a la mañana
eso es muy natural
en la criatura humana.

Lo pasado, lo olvido,
y me fijo en el presente,
el mundo lo miro hoy
con un cristal diferente.

Y no lo digo de broma
porque lo digo de veras,
porque yo, todas las cosas,
las veo de otra manera.

En este mundo moderno,
no son ilusiones mías,
ha cambiado por completo
toda su fisonomía.

Y como tengo la fe
y vivo con la ilusión
que un día me pueda ver
en mejor situación.
66

Y si estoy en un error
he ido de la ignorancia,
pero de vivir mejor
no pierdo la esperanza.

Yo no deseo riquezas,
ni dinero en derroche,
ni vivir en un palacio,
ni pasear en un coche.

Pero sí quiero tener
todas las cosas precisas,
yo no pretendo amarrar
los perros con longaniza.

Con el permiso de ustedes
aprovecho la ocasión ,
y me ha parecido bien
cambiar de conversación.
67

Estando ya de Alguacil, se enamora de Antonia Vega,
ana joven muy guapa que solo tenía 15 años y que por
este hecho pasaría a ser un amor imposible.

Lo primero que diré,
lo que decir no quería,
lo que tenía olvidado,
otra vez, la noviería.

De novierias y amores
he hablado ya demasiado
y me parece que ya
me estoy haciendo pesado.

Pero son cosas que pasan
y las tengo en la memoria,
y las debo de escribir
para que conste en mi historia.

Yo, con mis cuarenta años,
y siendo un pobre obrero,
pensé buscar una novia
porque yo sigo soltero.

Y con mis cuarenta abriles,
creerlo, no os engaño,
me enamoré de una niña
que tenía quince años.
68

Era pobre como yo,
muy malamente viviendo,
para ayudar a su casa
estaba siempre sirviendo.

Yo le ofrecí muchas veces
quitarla de que sirviera,
ella lo tomaba a broma
pero yo era de veras.

El querer no es delito,
quiero a quien me dé la gana,
incluso puedo querer
a la reina soberana.

Y por eso quiero tanto
a esa joven doncella,
y no niego que estoy
loco perdido por ella.

Lo digo de corazón,
que la quiero, que la amo,
ella no me ha de querer
porque en edad no igualamos*.
69

*No igualamos: hay una diferencia de edad muy grande

Pero yo, para mí, dije
no tiene nada que ver
la diferencia de edad
con las cosas del querer.

Una noche fui a su casa,
le di la palabra Dios*,
y en seguida le hice
la declaración de amor.

Yo llevaba la esperanza,
y pidiéndoselo a Dios
que me dijera que sí
pero me dijo que no.

De nuestra conversación
en mi memoria quedaron
algunas de las palabras
que entre los dos nos cruzamos.

Yo, después de mi querer,
le hice mi ofrecimiento
de costearle el ajuar
y gastos del casamiento.

Ella, con mucho apaño,
y muy condescendiente
con saber y con agrado
me contestó lo siguiente:
70
*La palabra Dios: saludó al entrar en la casa
-Me dijo-"Alonso, te doy
esta única respuesta,
las gracias por el querer
"de" que tú me manifiestas.

Estas gracias que te he dado
porque tú te las mereces
te las vuelvo a repetir
por todo lo que me ofreces.

Yo no desprecio tu amor
es que me ha dicho mi madre
que me llevas muchos años,
que tú puedes ser mi padre".

En eso tiene razón,
pero ten por entendido
que yo puedo ser tu padre
y puedo ser tu marido.

Y tú que tan joven eres,
también lo debes saber,
que puedes ser mi hija
y puedes ser mi mujer

Al final me aconsejó
y me dijo la verdad,
si tú piensas "de" casarte
busca una de tu edad.
71

A eso le contesté:
"Antonia, es que resulta
que tú me gustas por joven,
las de mi edad no me gustan.

Desde las nueve que entré
estuve hasta la una,
a última hora me vine
sin esperanza ninguna.

No llegamos a ser novios
pero quedamos como amigos,
yo seguí hablando con ella
y ella hablando conmigo.

Esta joven mencionada
como sexo femenino
le diré que se llamaba
Antonia Vega del Pino.

Que no tuvo mucha suerte
porque al final se casó
pero fue con un viudo
viejo casi como yo.
72

Con varias anécdotas -de las muchas que le
sucedieron como alguacil- termina Alonso
Recio, lo que él titula su primera parte.

Esto que voy a escribir,
un soberbio disparate,
tenía que haberlo hecho
pero en la segunda parte.

Pero como es igual
porque, de todas maneras,
escrito se va a quedar
en esta parte primera.

Este caso que os cuento
está claro y a la vista,
con tan poco fundamento
yo soy el protagonista.

Este caso sucedió
estando yo de alguacil,
no debía "de" decirlo
pero lo voy a decir.
73
*Mandaos:mandados, recados
El alguacil es un hombre,
mozo del Ayuntamiento,
para hacer los mandaos*
que hay en cada momento.

Un día fui a una casa
a llevar una citación
para que el amo viniera
a pagar contribución.

El amo no estaba allí,
sólo la hija mocita
una muchacha que era
muy simpática y bonita.

Al encontrarme allí sólo,
con una niña tan mona,
me pensé que no era yo
el dueño de mi persona.

Y no sé quién me obligó,
aunque yo no le toqué,
pero le enseñé una cosa
que no digo lo que es.

Con tal procedimiento,
para ella fue la ofensa
con muchísima razón,
y para mí la vergüenza.
74

Después de que me faltó
también se lo dijo al padre,
y de momento salió
y se lo dijo al alcalde.

Este, haciendo justicia,
creyéndolo necesario
me arrestó por diez días
de arresto domiciliario.

Yo me quedé revinando
la falta que cometí,
y después de haberlo hecho
mil veces me arrepentí.

Yo mismo me preguntaba
pero ¿ cómo me pondría ?
para llegar a hacer
semejante tontería.

Como se suele decir,
y yo que también lo digo,
sería porque me metió
la pata "El Enemigo"*.
75
*El Enemigo: el Demonio
No tengo razón ninguna
y estoy avergonzado,
con este acontecimiento
yo soy el perjudicado.

Y gracias a Dios que yo
tomé por otro camino,
y no me dio por tomar
el que tomó mi vecino.

Mi vecino era un hombre
por formal muy conocido,
y un día le sucedió
un caso muy parecido.

Y le dió por revinar,
y le dió tanta vergüenza, ´
que terminó por pegarse
un tiro en la cabeza.

Pero esa no es manera
ni modo de proceder,
atentar contra su vida
nadie lo debe "de" hacer.

Todas estas cosas pasan
porque las manda el destino
y las personas tenemos
cada una nuestro sino.

En la historia de la vida
las cosas que me han pasado
la mayoría han sido
porque yo las he buscado.
76

Voy a poner por ejemplo
esta que tengo en cartera
y dice que sucedió
de la siguiente manera.

No tiene gran importancia
son percances del oficio,
ocurrido por el juego
que es mi único vicio.

En Borge no se jugaba
lo busqué por otro lado
y resultó ir por lana
y salí trasquilado.

Fui a la feria de Vélez
expresamente a jugar,
ni más ni menos que a eso,
por qué lo voy a negar.

Como estaba prohibido
jugar en todos los bares,
nos íbamos a jugar
en casas particulares.

Y como era de noche
y no sé donde sería,
lo que sí vi es que la casa
era una barbería.
77
Pusieron la banca monte*,
lo que más me gusta a mí,
nos sentamos en la mesa
para verlas de venir.

Estábamos muy atentos
para ver la que venía,
pero no vino ninguna
que vino la policía.

Habíamos diez o doce
en aquel mismo momento,
esa misma policía
nos llevó al Ayuntamiento.

Al otro día nos llevaron
al juzgado de instrucción,
el juez de primera instancia
nos tomó declaración.

Después de que uno por uno
habíamos declarado,
nos llevaron a la cárcel
y quedamos encerrados.
78

*Banca monte: juego de cartas

Y yo tuve mucha suerte
salí a los once días
porque el alcalde de El Borge
me buscó la garantía*.

El que me garantizó,
un hombre muy caballero,
profesor veterinario,
llamado Don Juan Colnero

Doy pelos y señales
para más seguridad,
para que vean ustedes
que lo que digo es verdad.

Por jugar a lo prohibido
al final de este proceso
en la cárcel de Vélez
once días estuve preso.

Pero yo no escarmenté
porque jugando seguía
si no lo había en Borge
en Almáchar lo había.

Dominado por el vicio
se ven las cosas muy llanas,
pero todo eso son
debilidades humanas.
79
Garantía: Fianza o recomendación

Aunque pienso "de" seguir
escribiendo, Dios mediante,
en este momento doy
fin a la primera parte.
II PARTE
1929 es el año en que dos hechos cambiaron su vida, por un lado la enfermedad del tétano estuvo a punto de costarle la vida. Pocos meses después entraría en una de las etapas más singulares de su vida, pues no en vano estuvo 33 años de su vida de alguacil, éstos son también los más recordados y comentados por todos aquellos vecinos que lo conocieron.
Este período pasado
mi memoria lo conserva,
y después para el futuro
borrón y cuenta nueva.

En esta segunda parte
en cuenta la voy llevando,
para después escribir
lo que me vaya pasando.
80
Y como ya me ha pasado,
más pronto no puede ser
cuando la segunda parte
acaba de nacer.

En el año veintinueve,
por una fatalidad,
me dio el tétanos, que es
una mala enfermedad.

El tétanos en aquel tiempo
casi no tenía cura,
porque a todo el que le daba
iba a la sepultura.

Pero yo no me morí
de esa enfermedad mortal,
porque si me hubiera muerto
no lo podría contar.

Puedo decir que le he visto
las orejas a la muerte,
pero no dudo que ha sido
una desgracia con suerte.

Cuando escuchéis los detalles
que van a continuación
ustedes se darán cuenta
que en parte tengo razón.
81
Mi hermano me llevó a Vélez
en una caballería
que nos la facilitó
Guillermo Pérez García.

Cuando a Vélez llegamos
andar no podía yo
y mi hermano casi en brazos
al médico me llevó.

Este me reconoció
y nos dijo la verdad
es el tétanos, seguro,
muy difícil de curar.

Y como vio que yo estaba
en muy malas condiciones,
recetó que me pusieran
enseguida diez endiciones*.

Al otro día otras diez,
y así sucesivamente,
me pusieron indiciones
hasta llegar a las veinte.
82
Endiciones: inyecciones

"Si al llegar a los ocho días
y el enfermo está vivo
ya no se muere", decía
el parte facultativo.

El día nueve y el día diez
empezó la mejoría,
y el médico aseguró
"de" que ya no me moría.

Cuando me vine a mi casa,
contento y con alegría,
venía de una manera
que trabajar no podía.

Y yo, para ganar algo,
lo único que hacía
llevar una carga de leña
y en Almáchar la vendía.

No hay mal que que por bien no venga,
dice el refrán, y es verdad
porque yo conmigo mismo
lo he podido comprobar.

Porque el alguacil que había
se lo llevó la muerte,
para él fue una desgracia
para mí una gran suerte.
83
Al morir el alguacil
la plaza quedó vacante,
y el Ayuntamiento tuvo
que publicar la vacante.

Y yo la solicité,
la mandé al Ayuntamiento,
y pareciéndoles bien
me dieron el nombramiento.

Único solicitante
entre todos los vecinos
y de alguacil me nombraron
en calidad de interino.

El veintinueve de julio
celebraron una sesión
el Ayuntamiento en Pleno
y me dieron posesión.

Al tomar yo posesión
quedó la plaza cubierta,
pero mi sueldo anual
eran sesenta pesetas.

Entré en el Ayuntamiento,
mentira me parecía,
porque mi vida cambió
como de la noche al día.
84

El destino de alguacil
es un destino algo bajo,
con mucha impertinencia
pero muy poco trabajo.

Yo iba todos los días
a cumplir mi obligación
y el trabajo que hacía
servía de distracción.

Si para barrer el local
agarraba el escobón,
no es lo mismo que agarrar
el astil de un azadón.

En media hora arreglaba
mi trabajo diario,
y me sentaba a esperar
que viniera el Secretario.

Al venir, yo me quedaba
a las órdenes de él,
por si se le presentaba
algún mandado que hacer.

Pero yo sin hacer nada
estaba muy aburrido,
y me iba a la taberna
para jugar un partido.
85

Y me ponía a jugar
y tardaba mucho rato,
porque no era un partido
que jugaba tres o cuatro.

Hasta que llegó la hora,
y en lo que digo no miento,
que pasaba en la taberna
más que en el Ayuntamiento.

Doce alcaldes he conocido
y un ciento de concejales,
de izquierdas, de derechas,
de distintos ideales.

Pero muy buenas personas,
porque para mi tenían
unas consideraciones
que yo no me merecía.

Porque me sobrellevaban
las faltas que cometía,
yo conozco la razón
aunque sea en contra mía.

Yo, simpático no soy,
nunca lo he sido en mi vida,
pero con esos alcaldes
me gané las simpatias.
86

Porque, en el Ayuntamiento,
haciendo lo que quería,
he estado treinta y tres años
contando día por día.

Y si tuve que salir,
ustedes ya lo sabéis,
por cumplir setenta años
y me jubiló la Ley.

Que si no fuera por eso
otro gallo cantaría,
tengo la seguridad
que de alguacil estaría.

De todos esos Alcaldes
estoy muy agradecido,
aunque ya, la mayoría
no existen, han fallecido.

A los desaparecidos
yo les tengo en mi memoria,
y ruego y le pido a Dios
los tenga en su Santa Gloria.

Los otros que, por su suerte,
están vivos todavía,
yo les deseo salud
y muchos años de vida.
87

Cuando yo entré de alguacil
advierto que todavía
mandaba el Rey en España
y era la Monarquía.

A los dos años después
cambió España su destino,
la Monarquía se fue
y la República vino.

Los nuevos republicanos
esperaron poco tiempo,
a los tres o cuatro días
cambiaron de Ayuntamiento.

Y yo me quedé temiendo
que mi cargo de alguacil
se lo dieran a uno suyo
y me lo quitaran a mi.

Pero no sucedió así
que tomaron un acuerdo,
y el acuerdo fue dejarme
y me subieron el sueldo.
88

que, ajuntando* yo la cuenta
A dos pesetas diarias,
vi que mi sueldo anual
eran setecientas treinta.
En el año treinta y seis,
con un desorden sin freno,
hubo, desgraciadamente,
otro cambio de gobierno.

Por lo menos en El Borge
el cambio no fue lo mismo,
en El Borge los Socialistas
pusieron el Comunismo.

Pero también respetaron
el cargo que yo tenía,
y en mi puesto me dejaron,
lo que yo no me creía.

Yo trabajaba muy poco
lo único que hacía
llevar el pan a la Iglesia
desde la panadería.

Cada uno en su trabajo
hacía lo que podía,
pero no cobraban sueldo
nada más que la comida.

El régimen Comunista
estuvimos soportando
en los doscientos tres días
que estuvimos bajo su mando.

89
*Ajuntando: juntando


Y luego en el treinta y siete
por un grupo de soldados
de las fuerzas nacionales,
el pueblo fue liberado.

Y como es natural
se fueron los Comunistas,
y al otro día tomaron
el mando los Falangistas.

Pero yo seguía igual
conmigo no se metieron,
en mi puesto me dejaron
y el sueldo me subieron.

Esta subida de ahora,
están muy claras las cuentas,
ahora estoy cobrando
ciento setenta pesetas.

Pero esta subida fue
a mi pequeño jornal,
como se suele decir
algo es, menos es "na".

Como mi sueldo anual
eran setecientas treinta,
con la subida de ahora
completo las novecientas.
90
Después, en dos o tres veces
me volvieron a subir,
hasta la hora presente
que ya cobro cinco mil.

Qué grande la diferencia,
de seiscientas anuales
a las cinco mil de hoy,
¡y éstas lo son mensuales !

En estos treinta y tres años
que yo he estado de alguacil,
aunque en clase de pobre,
lo he pasado feliz.

Del campo me vine al pueblo
para mí fue una alegría,
le daba gracias a Dios,
todas las horas del día.

Como vivía mejor,
tuve motivo bastante,
para decir que ojalá
me hubiera venido ante.

Dentro de mi bienestar,
tengo que hacerles presente
de que también he tenido
enfermedades y muertes.
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El año cuarenta y uno
la madre que nos dio el ser
tras corta enfermedad
murió, y dejó de ser.

Otro, cuadro de tristeza,
de pena, y sufrimiento,
para estos dos hermanos
que lloran con sentimiento.

Y nos quedamos los dos
sin cariño de una madre
sin saber lo que hacer,
solos, y sin calor de madre.

Pero como ha venido
la Providencia divina,
y en lugar de mi madre
nos ha puesto esta sobrina.

Ella, haciendo lo mismo
que nuestra madre hacía,
hemos llegado los dos
al final de nuestras vidas.

El año 1.972,
después de mucho padecer,
murió mi hermano mayor
y también dejo de ser.
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Y me he quedado yo solo
con una pena continua,
pero tengo la calor
de sobrino y sobrina.

Quién me había de decir
con "la hambre" que pasé
en mi casa, cuando niño,
que iba a tener esta vejez.

Aunque no tengo riqueza
pero lo paso muy bien,
que no me falta dinero
desde que me jubilé.
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Después de la larga y azarosa vida que le tocó vivir, Alonso Recio pasó sus últimos años en "Lo Puerta", barriada de Vélez-Málaga, junto a sus familiares, sus sobrinos y los hijos de estos. Muere el 24 de Mayo de 1986, con 94 años de edad.
Y yo veo que tengo
mí poca vida resuelta
pues cobro todos los meses
cuarenta y dos mil pesetas.

Qué grande la diferencia
de seiscientas anuales
a cuarenta y dos mil hoy
¡y estas lo son mensuales!

Todo ese bien se lo debo
a gentes que no son extrañas
son cuatro Jefes de Estado
y su gabinete de España.

Primero Alfonso XIII
que Dios lo tenga en su Gloria
segundo, republicano ,
Aniceto Alcalá Zamora.

Tercero, Francisco Franco,
hombre que tuvo la suerte
de mantenerse en el mando
hasta el día de su muerte.
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Y la mo narquía,
eso, todos lo sabéis,
es Don Juan Carlos I
su majestad, el Rey.
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CRONOLOGÍA
1892: Nace Alonso Recio Martín el 12 de
agosto.
1913: El quince de agosto se va al Servicio
Militar
1921: Su hermano Francisco, el más pequeño,
entra en el Servicio Militar en Larache
(Marruecos)
1923: Muere su hermano Francisco en Ecija
(Sevilla)
1929: Enferma gravemente de tétanos, tiene
entonces 37 años. Entra de alguacil en el
Ayuntamiento de El Borge, siendo alcalde
Guillermo Pérez García
1939: Se enamora de Antonia Vega del Pino
1962: Se jubila como alguacil
1964: Se traslada a Vélez-Málaga con varios
familiares
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1986: Muere el día 24 de mayo, a la edad de 94 años
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INDICE GENERAL
Prólogo.................................................... 5
Introducción ........................................... 7
Primera Parte ......................................... 11
Sus romances amorosos ......................... 16
Entra en el Servicio Militar su hermano.. 39
Intento de suicidio de su padre ............... 48
Muerte de su padre y hermano ............... 50
Es detenido varios días ........................... 59
Unos años antes de entrar de alguacil ..... 64
Su último amor ........................................ 68
Vuelve a entrar en la cárcel ..................... 73
Sufre la enfermedad del tétano ............... 80
Entra de alguacil ..................................... 84
Sus últimos años .................................... 94
Cronología .............................................. 97